miércoles, 5 de junio de 2024

Los sindicalistas soretes

Desde su origen, el movimiento sorete tuvo su base, aun antes de que Perón, el sorete máximo, se viera legitimado por las elecciones del 46, en los sindicatos. Fue la maniobra más genial del líder sorete: ponerse en el bolsillo a todos los jefes de los principales sindicatos. De ahí en más, casi nunca más hubo un sindicalista que no fuera sorete. La gran tarea del coronel fue limpiar de los sindicatos todo rastro de socialismo, comunismo y anarquismo. En eso fue muy eficaz: tanto que desde la poco importante hasta ese momento, secretaría de trabajo, forjaría el poder que lo llevaría a la presidencia. Este es la razón principal por la que me parece que el peronismo es un movimiento fascista: sus enemigos fueron los socialistas y comunistas (es por eso que es muy loco que aun hoy existan peronistas de “izquierda”, un claro ejemplo de oxímoron). En lo que se diferenció el coronel del Duce, fue en ponerse en contra de las elites sociales: empresarios y eclesiásticos. Pero esas diferencias fueron más por reacción que por convicción, tanto de unos como de otros. Sin el apoyo de los sindicatos no hubiera existido el 17 de Octubre. Esa movilización en favor del detenido coronel fue lo que dio inicio al famoso movimiento y también fue el sostén que le dio la permanencia política al sorete mayor, aun estando en el exilio. Durante los años de proscripción el poder se mantuvo en los sindicatos, no hay duda. Es impresionante ver, en la actualidad, como el promedio de duración en el cargo de estos jerarcas, sea de más o menos 25 años. Es decir, en una fuerza que se dice democrática, su sostén es prácticamente monárquico. No existe la tan mentada “democracia sindical”. He sido testigo en más de una oportunidad de los simulacros de votación, para elegir delegados, que harían poner rojo de vergüenza al mismísimo Fidel Castro. Casi siempre hay lista única en las elecciones sindicales. Y cuando se dirimen internas, como por ejemplo en el sindicato de la construcción, se realizan a pura violencia, gana el que más fuerza pueda ejercer sobre el otro, algo más medieval que democrático. Hay otros ejemplos en los cuales un hijo sucede en la dirección del sindicato a su padre, cosa que subraya el carácter monárquico de este sub-movimiento. La clase sindical no es uniforme, como uno podría llegar a suponer, en el transcurso de la historia ha habido serios conflictos entre estos jerarcas y han llegado hasta asesinarse unos a otros. Pero bueno, como decía el “no” general: no es que se están peleando, se están reproduciendo. Famosos han sido los casos de Vandor y de Rucci, los cuales fueron asesinados por otros “compañeros”. Pero en ese caso no fueron asesinados por otros sindicalistas, fueron víctimas de la infame interna peronista. En esos casos fue desde la supuesta izquierda del movimiento que vinieron las balas. Pero más allá de las diferencias que puedan tener entre ellos los muchachos sindicales, una característica les es común: una vez que llegan a la dirección de un sindicato: no lo largan más, solo se los puede sacar con las patas para adelante o por auto jubilación del susodicho. Es que los beneficios de estar a la cabeza de un gremio son inigualables, tanto que a juzgar por el nivel de vida de esta gente, pertenecen más a la clase oligárquica, tantas veces denostada por ellos y por otros “muchachos”, que a la clase obrera. Es impresionante ver la opulencia que supieron tener los sindicatos en otras décadas, en las cuales se construyeron hoteles y campos de deportes por todo el país. Seguramente fue una época de oro. Sin embargo, en la actualidad, ya no se construyen hoteles y campos de deportes para los socios de los sindicatos, ahora, y hace ya un buen tiempo, el dinero destinado a esos beneficios se desvía hacia destinos no tan claros. Un claro ejemplo es el sorete titular sindicato de porteros, que se dedicó en los últimos años a comprar medios de comunicación, para apoyar a los gobiernos soretes, y los porteros no ven el más mínimo beneficio de dichas compras. Como en otros terrenos, se utiliza el dinero común en beneficio de unos pocos. Hay otros ejemplos más tristes de estos desvíos: por ejemplo el del finado “sorete mumo”, el cual tuvo la mala idea de morirse sin dejar en claro cuáles de sus propiedades, que figuraban a nombre de testaferros irían a cual de todas de sus hijas de distintos matrimonios. Luego de su muerte se produjo una escandalosa disputa entre hermanas. De más está decir que esas propiedades eran injustificables a juzgar por los ingresos e, blanco del sorete fallecido. Es que los soretes sindicales son fenómenos en manejar dinero en negro, tanto que últimamente se han dedicado a presentarse a elecciones en distintos clubes de futbol, siendo el caso más destacado el del “sorete camionero”, el cual ha dejado muchas deudas y dudas después de su paso por el club que dirigió. Es que aquello de “combatiendo al capital”, debiera ser cambiada a “apropiando al capital”, para hacer una descripción más actualizada de lo que son los dirigentes soretes.

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