jueves, 6 de junio de 2024

El gato

Me atrevo a afirmar que el gobierno del "gato mm" fue mucho mas sorete de lo que se supone. Según información del propio "turquito soretín", que llamó a su gobierno como el 3er gobierno radical, el gato tranquilamente podría haber sido candidato en mas de un momento del soretismo. Ya desde su gestión como jefe de gobierno de la ciudad, con aquel gesto de inaugurar una estatua del "sorete sin manos", escoltado por lo mas rancio del sindicalismo, mostró señales de simpatía hacia el movimiento sorete. Ni que hablar de la conformación de su gabinete: la ministra de seguridad, sorete desde la adolescencia, el ministro del interior, un sorete de Entre Ríos, hasta su reemplazo en el cuidado del "maxiquiosco", y por innumerables intendentes de municipios y ministros provinciales, fueron muchos los ex soretes que fueron parte de su coalición. Pero en lo que mas ha sido sorete el "gato mm" fue en su manera de gobernar: hubo un exceso de la interpretación del peligro de fuga o entorpecimiento de la causa, en la gran cantidad de prisiones preventivas con la que se detuvo a muchos ex funcionarios o empresarios favorecidos por el régimen k. Y fue muy notable la influencia que se ejerció sobre funcionarios de la justicia, que de independiente tuvo poco. Esto es solo comparable con la facilidad con la que se detenían opositores durante el gobierno del sorete originario: el "sin manos". El hecho más anti democrático fue el de que se puso en prisión a los dos dueños del principal medio de comunicación contrario al gobierno del "gato mm". Es como si la yegua hubiera puesto preso al dueño o director de Clarín o La Nación, algo que hubiera sido tomado como un acto de autoritarismo. Pero al gato se lo dejaron pasar, como si los globos amarillos fueran suficiente para tapar todos estos gestos de autoritarismo. Es que el gato tuvo la notable capacidad de ser un lobo disfrazado de cordero. Este multimillonario de cuna, que quiso ser presidente solo porque su papito era contrario a ese destino, siempre tuvo como objetivo la política, desde su incursión en la dirección de un club de futbol. Pero la realidad demostró que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Se puede ser un muy eficiente CEO en una empresa, y ser un desastroso ministro, esto quedó mas que demostrado en el gobierno del gato. Sin embargo pudo terminar su administración con cierta dignidad, gracias a que un viejo amigo manejaba los destinos del gran país del norte. Distinto hubiera sido su final si el FMI no le tiraba un salva vidas, cosa que le fue negada al "chupete dormilón". Ahora mismo, el gato pareciera haberse sacado la mochila de tener que lidiar con los "radichetas", y no oculta su afinidad por las ideas libertarias, mientras que durante su gobierno estuvieron ausentes. El tiempo dirá si se forma una gran coalición de derecha con los libertarios, parte del soretismo federal y los restos del PRO.

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