martes, 11 de junio de 2024

Asesinar al lenguaje

La realidad, es decir lo que en filosofía se llama realidad, está conformada por cientos de miles de distintas palabras. Sea en el idioma que sea, la realidad es solo palabras, solo símbolos con significado. La felicidad, la libertad, el deseo, dios, la muerte, el dolor, la pasión, la voluntad, el poder, los rinocerontes, las amebas, los extraterrestres, hasta la misma realidad, no son más que conceptos que fuimos adquiriendo desde bebes, cuando éramos realmente felices: lo único que nos preocupaba era comer, cagar y dormir. No es difícil imaginar cómo seriamos sin palabras, sin lenguaje de símbolos. Seriamos como un animal, un Tarzán… solo nos preocuparía comer cagar y dormir, y, en todo caso se sumaría: la reproducción: hallar una o varias Jane, para esparcir nuestros cromosomas, ¡sin la más puta idea de lo que es un puto cromosoma! Seriamos más felices sin duda, porque justamente no tendríamos tantas dudas. El ser, el yo, el super yo, se irían todos a la mismísima mierda. No habría psicólogos, por supuesto, justamente por eso mismo seriamos más felices. Conclusión: para ser felices hay que asesinar al lenguaje… una muy ardua y casi imposible tarea.

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