jueves, 23 de mayo de 2024

No siempre vence la fuerza

Tanto el socialismo como el capitalismo en estados puros son imposibles de realizar. Lo demuestra la historia: a pesar de que Stalin tuviera un poder casi absoluto, lo construido a fuerza de sacrificio humano y de autoritarismo, se derrumbó como un castillo de naipes cuando soplaron vientos de libertad. Por el otro la sociedad capitalista más ferviente, ha visto como luego de veinte años de ocupación brutal de un país con el fin de convertirlo (aunque sepamos que esa no fue la intención) en una sociedad democrática occidental, en menos de un par de semanas de la retirada abrupta de sus tropas imperialistas, Afganistan volvió a ser gobernado por los mismos que los demócratas norteamericanos habían desplazado con tantas bombas inteligentes, drones y marines.

No hay comentarios:

Publicar un comentario