Que Martin Heidegger sea considerado por muchos como el filósofo más importante del siglo 20 habla muy mal de la propia filosofía: ¿Cómo puede ser que un partidario del nazismo sea el principal exponente de esta pseudo-ciencia que despide sus últimos estertores? Y bueno, quizás por eso mismo: ciencia muerta, o, más bien, podrida, por sus más altos exponentes.
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