jueves, 11 de abril de 2024

Inmolación europea

Parece increíble que la cultura europea, cuna de la civilización occidental, se arrastre de manera tan servil detrás de los objetivos geopolíticos de su gran socio americano. Como bien saben hacer los yanquis: generaron un conflicto que, si bien estaba latente, llevaron a su archienemigo de la guerra fría a la casi única alternativa que fue invadir Ucrania, quedando estos como los malos de la película, bien al estilo Hollywood. Luego del inicio del conflicto las potencias europeas se vieron forzadas a adherir a las sanciones económicas que supuestamente iban a poner en jaque a la economía rusa. Hoy, a más de dos años de comienzo del conflicto, es evidente que dichas sanciones no hicieron otra cosa que afectar más que nada a la economía europea, sobre todo la alemana, que se encuentra en recesión, muy probablemente por el hecho de no recibir energía, sobre todo gas, a buen precio desde Rusia, teniendo que importar a mayor costo sobre todo desde el gran socio del norte. Conclusión: el conflicto afecta sobre todo a las naciones europeas, siendo el terreno del foco del conflicto, y los perjudicados son casi exclusivamente los europeos. La economía rusa parece gozar de salud gracias a la guerra, tanto que pareciera que no tienen mucho apuro en darle fin al conflicto. Mientras tanto, los representantes del pueblo francés, parecen quedar en ridículo cada vez que esbozan una amenaza, cual matón de barrio, prometiendo enviar soldados al frente del conflicto. Los rusos por su lado amenazan con una escalada nuclear, lo que traería consecuencias desastrosas no solo a Europa, sino a todo el planeta. La tercer guerra mundial está más cerca de lo que uno supone ante la indolencia del público en general, y todo para satisfacer los deseos geopolíticos de un imperio en decadencia, que, como se suele decir en las películas de acción: quiere llevarse puesto a unos cuantos en su caída.

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