jueves, 25 de abril de 2024

Drogas y mercado

Hay un prejuicio muy común que es el de relacionar a los músicos, sobre todo a los de rock, como consumidores de drogas ilegales. Si nos guiamos por este prejuicio, pareciera ser que solo los músicos se drogan. Si fuera así el mercado sería bastante reducido y no habría tantas mafias disputándose uno de los negocios más lucrativos del mundo humano. El equívoco parte de algunas letras reivindicativas del consumo, o apologistas de determinadas sustancias, los temas Cocaine de JJ Cale, o Heroína de Lou Reed, por ejemplo, y por las muertes de famosos rockeros asociadas al exceso del consumo de drogas legales e ilegales: el club de los 27. El tema es que en los rockeros “queda bien” drogarse, es más: es lo que todo el mundo espera del rockero: que sea un adicto. La tan mentada trilogía: sexo, droga y rock and roll, no hace más que confirmar esto. Por lo tanto el rockero que se droga no es un rebelde, todo lo contrario: está haciendo lo que se espera de él. Está confirmando el cliché. Seguramente hay, en números brutos, tantos o más abogados, mecánicos, bibliotecarios o lo que sea, que consumen drogas: la diferencia es que como no se ufanan de ese consumo, uno cree que en esas profesiones o actividades más mundanas no hay tanto vicio. Pero el vicio esta en todos lados: de otra manera no habría tanta gente matándose por controlar una parte de ese comercio ilegal.

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