viernes, 26 de abril de 2024

Capitalismo y socialismo

Es imposible en la sociedad mundial actual salir del capitalismo: es decir: todo producto tiene un precio, así de simple. Que ese precio pueda ser subsidiado, recortado, aumentado o disminuído por innumerable cantidad de factores es otra discución. Tanto el carpintero como el doctor, si no cobran por su trabajo realizado, ya sea en dinero o en otras mercancías, se morirían de hambre. Esto no implica que siempre cobren por sus servicios: es sabido que a un amigo o familiar jamás le cobrarían, o le harían un descuento especial, en todo caso. Sin embargo hay sociedades en las que funciona el socialismo, nunca en su totalidad, por supuesto, pero puede ser en gran medida. Pero esas mismas sociedades, países, o regímenes, al comerciar con otros países lo hacen bajo las normas del capitalismo. Esto lo saben muy bien los cubanos, los rusos y, hoy más que nunca los chinos. Dentro de China hay un socialismo manejado por el partido comunista chino, pero para el afuera, China es un país super capitalista, es más: en la guerra comercial con EEUU es el país más propenso al libre comercio y los yanquis son los que asumen actitudes proteccionistas. No hay forma de escapar del capitalismo, así como no hay forma de que en las sociedades haya algún que otro aspecto socialista. Ejemplo de esto son los subsidios por desempleo que están presentes en casi todos los países capitalistas, cosa que va en contra de la filosofía libertaria en la que cada individuo debe ganarse su sustento por medio de su trabajo. Es decir toda sociedad es capitalista y socialista a la vez. Las diferencias radican en la medida en que cada sistema, no tan opuestos en la práctica, como si los son en teoría, se entrelaza con el otro.

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